Oración

Me publican en la Revista Literaria "Los contrastes del Aire", esta pequeña "Oración". 

 


 

 

ORACIÓN

 

Cuatro esquinitas tiene mi cama,

cuatro esquinitas mi deseo guarda.

 

Como la niña que, tal vez, que quizás, que seguramente nunca he dejado de ser, entono mi oración cada nueva noche y cambio el sustantivo por tu nombre, que es deseo, y que sumado a mí, sumado al posesivo pronombre, ofrecen el presente de lo que hoy tú eres. Y dentro de esas cuatro esquinitas descanso junto a mis más húmedos sueños, los cuales se hallan tapizados por la suavidad de tu piel, por la frondosidad de tus besos, por el paso dulce y decidido de tus uñas a lo largo de mi espalda, por la rotundidad de tu cuerpo sobre el mío, detrás del mío, debajo del mío, dentro del mío.

Rezo para que el lecho que compartimos siga siendo ese fascinante camino que lenta e indefectiblemente nos encamine a la dulce e idílica Arcadia. Para que el tiempo a tu lado no se despoje nunca de su apetecible sabor marino y para que el deseo no deje de cobijarnos, de preservarnos de la herrumbre del paso de la vida, que todo difumina.

Y sin creer en nada de lo que yo soy, pero al mismo tiempo creyendo en todo lo que tú eres, la niña, la mujer agnóstica que soy a veces, se transforma gracias a la alquimia de tu saliva, en esta sumisa y fervorosa creyente que termina cada día orando al ángel de tu carne para que nunca deje, para que nunca dejes de mutar el verbo, para que nunca deje, para que nunca dejes de habitar en mí.

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