21. Solamente

 

 

Te pasas varios años dando vueltas a una historia. Escribiendo, reescribiendo, corrigiendo y volviendo a corregir. Un trabajo lento, muy lento. A veces pienso, que si fuera capaz de escribir una página cada día, ya me daría por contenta, porque en mí caso no es eso, ni mucho menos parecido. 

Te decides a enviar tu trabajo a una editorial tradicional, una que te gusta, que te parece importante y que publica a buenos escritores, y voilà, resulta que aquello que has escrito les gusta, que aquello que te ha llevado varios años de tu vida, les agrada y quieren apostar por ti, por tu trabajo. Apostar su dinero y su tiempo por alguien que no es conocido más que en un reducido círculo, por alguien cuyo nombre no es sinónimo de éxito ni mucho menos, pero que les ha gustado cómo escribe y lo que cuenta. 

Y te mandan la portada, que es como verle la "carita" a ese próximo hijo que en septiembre verá la luz. Y las dudas de siempre aparecen. ¿Gustará? ¿Habré sido capaz de transmitir aquello que quería contar? ¿Merece la pena el tiempo, el trabajo, el esfuerzo?

Y quiero creer que sí. Y creo que sí. Y estoy convencida de que sí.

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