Tictac...


 

Apenas una semana y la primera presentación de mi nueva novela se hará realidad. Confieso, que hace veinte años estaría dando saltos de alegría, no creyéndome todo esto. Después de seis libros e infinidad de participaciones en libros colectivos, la alegría se ha transformado en sosiego y en la simple y difícil certeza de saber que he escrito algo bello, de saber que he sido capaz de conjugar la belleza de una historia junto a la belleza de las palabras. Y esa belleza es lo que más me fascina siempre de todo este proceso.

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