Carta de amor al amor. Octubre 2013







 
Sé que tu llegada no vendrá precedida de ninguna llamada, de ninguna misiva, ninguna sospecha vendrá a confirmar que estas próximo, tu llegada se desliza ya por detrás de mi puerta.

No, no habrá ningún anuncio, ningún aviso, ningún timbre sonado a tu entrada; sin embargo, habrán existido la espera, el ansia, el anhelo, los deseos... tantos sueños con esa llegada.

Un día, como otro cualquiera, sentiré que ese cielo azul ya no está tan arriba, o quizás yo no estaré tan abajo, porque todas las medidas se habrán difuminado, y aunque todo siga siendo lo mismo, en ese instante todo habrá cambiado; sin ningún movimiento, sin ningún desplazamiento, todo se habrá alejado para darte paso.

El tiempo en esta espera se hace denso, resignada ya en esta inercia, dejo divagar mis pensamientos. Sé como eres, lo que eres, lo que traes contigo.

Quizá tus ojos ya no sean aquellos ojos cansados que un día me miraron, seguramente tus manos no serán aquellas manos anchas y fuertes que tantos placeres me proporcionaron, seguramente tu estatura ya no será la misma, tu nombre habrá cambiando, pero... lo que originarás en mí volverá a ser lo mismo de antaño.

Cambiarás la luz de los días, el tono de las palabras, dibujarás perennes sonrisas, y las noches dejaran de estar vacías; mi almohada, dejará entonces  de ser esa esponja marina.

Te conozco, una vez estuviste a mi lado; tengo conciencia, sé de ti. Cuando llegues te reconoceré, volveré a dejarte pasar, nuevamente, esperando, deseando que esta vez sí, que esta vez te quedes a mi lado.




Comentarios

Entradas populares