Revelación. Mayo 2015



Comprendió que por más unida que creyó estar a algunos hombres, nunca lo estuvo tanto como a su propio hijo, ya que el primero era un nexo temporal, un sentimiento cambiante, a veces hasta ajeno a las personas protagonistas en el momento dado. Tuvo en ese  instante, la certeza de tanto amor no correspondido. El segundo, al contrario, resultaba un nexo imperecedero, inamovible y solamente finalizado el día de la propia muerte.

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