El sabor del café. Marzo 2014
Di un sorbo a mi café y levante la vista, la inmensa
plaza se abría ante mí, repleta de gente paseando, o parada contemplando la
fachada de la catedral. Turistas, como yo, vidas inmersas en el cumplimento de
esos pequeños sueños que anhelamos conseguir, y que una vez inmersos en ellos,
pretendemos disfrutar hasta el último momento.
En este otoño, el sabor del café me llevo a ti,
nuevamente a ti, mi sueño inconcluso remendado con el hilo de la esperanza una
y hasta mil veces. Todo podría ser mejor contigo a mi lado, o peor, ¿quién
sabe? Las dudas siempre presentes en lo que ha podido ser y no ha sido, en lo
que podía haber sido y no fue.
Lentamente consumí mi café, desgranando todos y cada
uno de los recuerdos protagonizados por ti. Pensando, sintiendo que aquel era
un momento también para recordar, un viaje para no olvidar.
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