Paraguas para tu ausencia. Mayo 2015




Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida…
Llueve, y estoy cansada, cansada de esta fría y pegajosa humedad, de este invierno interminable, de esta ausencia que se ha venido a instalar aquí, junto a mi pecho, al lado ya de mi corazón. Me resguardo bajo el paraguas de la aparente normalidad, y escondo entre sus varillas las ilusiones perdidas y aferro mi mano a su empuñadora por no sentírmela vacía, ahora que en su hueco no cabe ya más tu piel. Cuelgo de su contera las esperas y ensarto junto a ellas, las reciprocidades mal atendidas.
Llueve tu recuerdo mansamente y sin parar, pero con ganas, como lo hará ya toda la vida…

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